jueves, 14 de febrero de 2008

Por que tierras de lagos y volcanes

Nicaragua, tierra de lagos y volcanes es a como se conoce nuestro país tanto por la población como por la opinión internacional. Lagos y volcanes como sede y sustrato de aguas y bosques, ecosistemas acuáticos y terrestres que albergan una gran cantidad de recursos sumamente valiosos para la nación. La Naturaleza, la Madre Tierra nos ha bendecido, nos ha favorecido muy generosamente en riquezas que debemos saber muy bien valorar ya que "La tierra no la heredamos de nuestros padres, sino que la tomamos prestada de nuestros hijos" y a ellos, las futuras generaciones son a las que nos debemos.


El Gobierno de Nicaragua, ha dado pasos firmes y seguros dirigidos al desarrollo sostenible, o sea a la armonización de la gestión ambiental con el crecimiento económico y el bienestar social para lograr el equilibrio en el triángulo de la sostenibilidad. El conocimiento de la biodiversidad, el estado del agua, las condiciones forestales y edáficas, etc., a través de su transferencia, asegurará, entre otras cosas, cumplir con lo establecido en la Ley General del Medio Ambiente, con compromisos asumidos internacionalmente y lo que es más importante, la sensibilización de la ciudadanía sobre el estado actual de sus recursos naturales.


A partir de esta publicación, hito en la historia de Nicaragua, se establece un marco de referencia que nos permitirá como línea de base, evaluar cómo funcionan los instrumentos de respuesta en pro de los recursos naturales y el ambiente, también se estará en la posibilidad de hacer las valoraciones cualitativas y cuantitativas, en el tiempo y el espacio, según los indicadores ambientales del proceso ya sea evolutivo o involutivo de la Naturaleza. Con el Informe del Estado Ambiental en Nicaragua, como herramienta de gestión, se determinarán los niveles de presión e impactos a los que están sometidos los bosques, la biodiversidad, los suelos, los diferentes ecosistemas y los recursos hídricos, asimismo, se podrán analizar las respuestas que, con la participación del Estado y la Sociedad civil implementarán, en función del desarrollo socioeconómico del país, el cual depende de los recursos existentes en cada uno de los ecosistemas.


El hecho de considerar no solamente el valor ecológico de los recursos, sino que también su aporte a la economía nacional, por medio de los diferentes bienes y servicios que ofrecen, representa un esfuerzo sustancial para enrumbar hacia nuevas alternativas y perspectivas que coinciden con las propuestas mundiales, regionales, nacionales y locales en la reversión del deterioro ambiental. Los fenómenos anormales de eventos extremos como las sequías e inundaciones los cuales repercuten en la seguridad alimentaria, la eficiencia productiva, la infraestructura básica, etc., son señales de advertencia de modelos tradicionales que no están funcionando en consonancia con los mecanismos de la Naturaleza, la vida silvestre, los organismos vivos, colocándonos en disyuntivas y desafíos no solamente ambientalistas, sino que también éticos, morales y de conciencia frente a las responsabilidades intergeneracionales y de sobrevivencia humana.

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